La primavera no solo trae jardines florecientes y temperaturas más altas, sino también una etapa que representa un desafío especial para muchos dueños de gatos: el celo.
Si tu gata de repente se muestra inquieta, maúlla más fuerte de lo normal y se revuelca mucho en el suelo, está enviando una señal clara: está en celo y lista para aparearse. Esta fase puede ser agotadora tanto para ti como para tu gata, ya que su comportamiento cambia notablemente y busca atención más intensamente de lo habitual.
Pero, ¿qué significa exactamente el celo? ¿Qué señales lo indican? ¿Cómo puedes ayudar a tu gata y por qué la castración es una buena opción? En este artículo encontrarás toda la información importante sobre el celo, sus efectos en tu gata y las mejores medidas para afrontar esta etapa natural pero exigente.
¿Qué significa el celo en las gatas?
El celo es una etapa natural pero desafiante en la vida de una gata no castrada. Durante este periodo, la gata indica a los machos su disposición para el apareamiento, a menudo con un comportamiento llamativo. Pero, ¿qué hay detrás biológicamente?
A diferencia de muchos otros mamíferos, las gatas no tienen un ciclo fijo. Su comportamiento reproductivo está fuertemente influenciado por factores externos como la luz y la temperatura. Esto significa que los procesos hormonales que desencadenan el celo no siguen un calendario estricto, sino que están regulados por las estaciones del año.
¿Por qué el celo ocurre especialmente en primavera?
Las gatas pertenecen a los llamados poliéstricos estacionales, lo que significa que son más receptivas al celo durante los meses con más horas de luz. Esto se debe a la producción de la hormona melatonina, que en el cuerpo se regula a través de la luz.
Durante los oscuros meses de invierno, los niveles de melatonina son más altos y suprimen el ciclo reproductivo. Cuando los días se alargan y aumenta la luz solar, los niveles de melatonina disminuyen y la fertilidad aumenta. Por eso muchas gatas entran en una fase especialmente intensa de celo en primavera, que puede durar hasta el verano.
Esta adaptación natural asegura que los gatitos nazcan en una época en la que la oferta de alimento es mayor y las posibilidades de supervivencia aumentan.
Datos importantes sobre el celo
El celo marca una etapa crucial en la vida de una gata no castrada. Pero, ¿cuándo empieza y cuánto dura esta fase?
- El primer ciclo suele ocurrir entre los 5 y 12 meses de edad, dependiendo de la raza, el desarrollo y la predisposición individual. Razas precoces como el siamés suelen entrar en celo antes que otras.
- Un solo celo suele durar entre 5 y 7 días. Si la gata no es fecundada, esta fase puede repetirse en pocas semanas.
- Sin castración, el celo puede repetirse cada 2 o 3 semanas, especialmente en los meses más cálidos, cuando los días son más largos.
Para muchos dueños de gatos, esta etapa representa un verdadero reto, sobre todo si la gata vive en el interior y no tiene acceso a un macho. El maullido constante, la inquietud y la búsqueda continua de atención pueden resultar agotadores tanto para la gata como para ti.
Una preparación adecuada y un manejo consciente de esta etapa te ayudarán a que el periodo de celo sea lo menos estresante posible para todos los involucrados.
¿Cómo reconocer que tu gata está en celo?
Cada gata experimenta el celo de forma diferente: algunas solo presentan cambios leves, mientras que otras alteran completamente su comportamiento. Sin embargo, hay algunas señales claras que te permitirán reconocer rápidamente si tu gata está en celo.
Comportamientos típicos durante el celo
- Maullidos constantes y lastimeros
Las gatas en celo se comunican de forma ruidosa —especialmente por la noche, el maullido puede ser casi incesante—. Este comportamiento sirve para atraer a los machos cercanos.
- Revolcarse y frotarse contra objetos
Tal vez notes que tu gata se revuelca en el suelo o se frota más de lo habitual contra muebles y paredes. Este comportamiento es una expresión de su instinto de apareamiento.
- Extrema necesidad de afecto
¿De repente tu gata está más mimosa que nunca? Las gatas en celo buscan mucho contacto, se frotan contra tus piernas, se acurrucan contigo o te empujan con la cabeza.
- Inquietud interior y agitación
Una gata en celo rara vez se queda quieta. Camina sin parar, parece distraída y desatenta. A menudo, ni sus juguetes favoritos ni la comida logran calmarla.
- Postura típica de apareamiento
Una señal clara de celo: tu gata levanta la parte trasera del cuerpo, ladea la cola y pisa repetidamente con las patas traseras. Este comportamiento muestra su disposición a aparearse.
Signos físicos del celo
- Menor apetito
Muchas gatas comen menos durante el celo o incluso rechazan completamente el alimento. Toda su energía parece estar concentrada en el instinto reproductivo.
- Marcaje frecuente
Las gatas no castradas marcan más durante esta etapa, rociando orina –lamentablemente, no solo en la caja de arena–. Esto sirve para alertar a los machos de su estado.
- Limpieza excesiva – especialmente en cabeza y boca
Algunas gatas se limpian con más intensidad durante el celo. En particular, pueden pasarse la lengua con frecuencia por la cara y el hocico. Esto puede ser una señal de estrés, pero también indicar problemas dentales que se acentúan en esta etapa. Con nuestro cepillo dental ultrasónico emmi-pet puedes ocuparte de la higiene dental de forma suave y sin estrés para tu gata. Especialmente en gatas que, debido a los cambios hormonales, comen menos o se muestran sensibles al tacto, una limpieza sin dolor ni ruido puede ser una gran ventaja.
No todas las gatas muestran todos los síntomas con la misma intensidad. Mientras algunas se vuelven muy ruidosas y demandantes, otras se comportan de forma más tranquila y se retraen. Aun así, es importante conocer las señales para ofrecerle a tu gata el mejor apoyo posible durante esta fase intensa.
¿Cómo puedes ayudar a tu gata en celo?
Como ya se mencionó, el celo es un proceso natural, pero puede ser muy estresante para tu gata. Especialmente si no tiene acceso a un macho, la tensión interna puede aumentar. Existen algunas medidas que pueden ayudarte a aliviar esta etapa:
1. Distracción y entretenimiento
Ofrécele juegos interactivos o con comida para desviar su atención. Esto le ayuda a liberar energía acumulada.
2. Medidas tranquilizadoras
- Caricias suaves: Algunas gatas disfrutan de mayor atención en esta etapa, mientras que otras prefieren estar solas. Observa qué es lo mejor para tu gata.
- Difusores o sprays de feromonas: Estos productos especiales que contienen feromonas naturales felinas pueden ayudar a reducir la agitación interna.
- Ambiente oscuro y tranquilo: Un entorno ligeramente oscuro puede influir positivamente en el ciclo hormonal.
3. ¡Evita dejarla salir!
Si tu gata normalmente sale al exterior, durante esta fase debes mantenerla dentro de casa. Los machos pueden detectar a una gata en celo a varios kilómetros de distancia e intentarán aparearse con ella. Si no deseas crías no deseadas, debes ser muy cuidadoso.
4. Mantén la calma
El celo también puede ser estresante para ti como cuidador, pero pasará. Es importante que en esta etapa seas paciente y comprensivo con tu gata.
¿Por qué la castración puede ser una buena solución?
El método más eficaz para evitar el celo de forma permanente es la castración. En este procedimiento se extirpan los ovarios, lo que evita que la gata entre en celo y tenga crías no deseadas.
Ventajas de la castración:
- Previene el celo continuo, que puede ocurrir en algunas gatas si no son fecundadas.
- Reduce el riesgo de enfermedades hormonales, como infecciones uterinas o tumores.
- Evita camadas no deseadas, que a menudo acaban en refugios de animales.
La mayoría de los veterinarios recomiendan la castración entre los 5 y 8 meses de edad, es decir, antes de que se produzca el primer celo. Esto ofrece beneficios para la salud y evita fases estresantes tanto para la gata como para el dueño. Si estás considerando esta opción, consulta a tu veterinario.
Asumir responsabilidad y tomar la decisión adecuada
El celo forma parte del ciclo reproductivo natural de las gatas, pero puede causarles mucho estrés —especialmente si no tienen acceso a un macho—. Como dueño, es importante reconocer las señales y tomar medidas para ayudar a tu gata durante esta etapa.
Aunque algunos métodos de relajación y distracción pueden proporcionar un alivio temporal, la castración puede ser una buena decisión a largo plazo —tanto para la salud de tu gata como para evitar camadas no planificadas.